domingo, 30 de agosto de 2009

Así NO

Muchas veces habréis visto repasar el pasaje de la Armadura de Dios descrita en Efesios. Es famoso e inspirador, pero a menudo da una impresión equivocada. Parece que hay demasiados lectores que entienden que esa armadura pertenece sólo a Dios, y que es Él quien la viste para defendernos. Hay gente que entiende el elegir a Cristo frente al Diablo más o menos así:


Y no es así. Recordad que cuando le reconocemos y aceptamos como nuestro salvador personal, "vivo, no ya yo, mas vive Cristo en mi" (Gálatas 2:20). Él crece en nosotros, y sobre nosotros manifiesta Su armadura; recordemos: coraza de justicia, cinto de verdad, calzado de evangelio de paz, escudo de fe, yelmo de salvación y espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios. Así que nada de Pokémon Jesús, sino Caballeros de Jesucristo (cuando lanzan sus ataaaqueeees, entonan con fuerza su canción, la canción de los héroeeeees…)

domingo, 2 de agosto de 2009

Yo fui un freak cristiano post-adolescente

Es posible que nuestros lectores asiduos (los dos :D ) se hayan preguntado alguna vez como es que hago tantísimas referencias en mis artículos a personajes literarios, de comic o de películas. La respuesta es sencilla: soy un aficionado acérrimo a ellos desde hace muchos años. Hoy en día tengo veintisiete años y sigo considerando que, buscando en ese campo, se encuentran joyas, verdaderas obras de arte, expresivas y emotivas, que transmiten tanto sentimientos como ideales dignos de ser admirados.

Pero hay que buscar, como digo, porque mucho de ello está enterrado entre montones de material mediocre, cuando no directamente lamentable o hasta negativo. Estuve ciego mucho tiempo a eso, considerando que la fantasía podía quedar totalmente en un aparte de mi fe, y que no tenía nada de malo un tebeo de humor negro basado en violencia sangrienta, o lleno de chistes sexuales y bragas al aire, o en el que la presencia de demonios o brujerías fuera tratado tan livianamente que los protagonistas tratan con unos y usan las otras con normalidad.

La ficción presenta ideales a los que aspirar. Por tanto, debemos elegir ideales correctos y edificantes, que nos inspiren a ser los cristianos que Dios desea que seamos. Así, nuestro obvio ideal debe ser Jesús; no sólo de palabra sino de hecho. Desde luego, es complicado; mis jóvenes hermanas no tienen fotos de Jesucristo con las que forrar su carpeta -y para la mayoría de mis hermanas en cristo quinceañeras, Mel Gibson, por muy bien caracterizado que esté en "La Pasión", se parece demasiado a sus papás para encontrarlo atractivo.


Uno así para mi cuarto


He necesitado buscar la liberación del Espíritu Santo y centrar mi mirada en Dios únicamente para poder darme cuenta de lo cierto que es lo que os he explicado. Y he reflexionado bastante, hasta comprender exactamente qué criterio debo seguir para saber qué cómics, pelis, libros o música me conviene oír y cual no. Y lo resume muy bien este versículo:
"Y dijo: De cierto os digo, que si no os volviereis, y fuereis como niños, no entraréis en el reino de los cielos." (Mateo, 18:3)

Es simple, para saber si voy a ver, leer o escuchar algo, me preguntaré simplemente: "¿ESTO SE LO DARÍA A ESCUCHAR A MI HIJO PEQUEÑO?" Aun no tengo niños, pero lo deseo, y hay mucho de lo que leía que hubiera mantenido alejado de un niño de seis años. Les leería El Hobbit, o tebeos de Spiderman, pero de ninguna manera les dejaría que hojearan Lobo o Berserk. Por otra parte, hay cosas que de demasiado niños no podrán entender, pero que de mayores estarán preparados para afrontar. El horror que presenta El Señor de las Moscas, que de algún modo equivale a todo lo que nos aleja de Dios -violencia, idolatría, asesinato, la degeneración al alejarse de una autoridad benigna- es una grave y bien escrita advertencia para una persona madura, pero a un niño demasiado joven le aterrará sin darle ningún beneficio. Lo mismo para música perniciosa, por no hablar de la directamente blasfema. Hay poesías hermosas incluso en el heavy metal, y no hablo sólo de las baladas, dignas de ser escuchadas, pero también hay un montón de basura que no queremos en nuestras vidas de crecimiento en Cristo; de este tema se ha hablado tanto que no vale la pena que me extienda.

Mi idea es que preservemos la pureza de la nueva criatura que somos al aceptar la salvación de Jesús (2 Corintios 5:17), del mismo modo exacto que lo haremos con nuestros hijos. ¿No hemos sido hechos de nuevo como hijos recién nacidos de Dios? Debemos abandonar todas las malas costumbres de la persona que fuimos, del viejo hombre que murió en la crucifixión del Salvador para que naciéramos nosotros, y además resguardarnos de las futuras malas influencias. Estoy hablando todo el rato, como habréis visto, de un discernimiento basado en la lógica. Cuando el Espíritu Santo se mueve en vosotros, la luz de la verdad abre vuestros ojos espirituales, y comprenderéis como hice yo. Llegará el momento en que una obra de cariz negativo hará que el Espíritu os advierta antes de tener que exponeros a ella, y su poder os ayudará a alejarla de vosotros y de los vuestros. Pero hasta entonces, observado vuestro ocio, todo cuanto usáis como una diversión "inofensiva porque es ficción", y decidid si representa, sea obvia o sutilmente, la persona que aspiráis a ser. Pensad si lo daríais a vuestros hijos. Pensad si es un sonido, una historia, un dibujo, una canción o una película que compartiríais con Jesús junto con unas palomitas.

(El título del artículo es una referencia a las películas de "Yo fui un zombie/hombre lobo/vampiro/Fausto adolescente", que aparte de ser bastante menos que un buen ejemplo, son de lo peor del cine de serie B. Sí, todas estas existen. En serio XD )