sábado, 5 de septiembre de 2009

¿Por qué detrás de un gran hombre?

Ayuda idónea. Es con este concepto en mente que Dios decide crear al segundo ser humano, la varona, la mujer. Me gusta el nombre de "varona", porque denota la igualdad de ambos sexos. La varona es un ser igual de valioso que el varón; sólo hay una diferencia de género, lo cual incluye diferentes capacidades y aptitudes, distintos puntos fuertes que los del hombre, pero no menos importantes. Con esta idea, el Señor muestra a Adán todas las bestias de la creación, y le da ocasión de darles nombre y conocerlas, pues sobre ellas gobierna, "mas para Adán no se halló ayuda idónea para él" (Génesis 2:20). No se halló ayuda, pero, ¿quién fue el que lo comprendió? ¡Sin duda, el Señor, habiéndolos creado a todos, lo sabía muy bien! De esta forma tan sutil se le dió a conocer al heredero de la Creación que no habían otros seres semejantes a él, y que era único. En el hombre "el simio se encuentra con el ángel", dicen; somos carnales y espirituales a la vez, un don exclusivo de la humanidad.

(Vale la pena, en este punto, mencionar que existe la opinión racista de que las razas que el filosofoide de turno eran inferiores estaban entre los animales, y que por eso se le dió la oportunidad a Adán de escogerlos como sus compañeros, porque tenían forma humana. ¡Como si Dios no nos guiara siempre a un camino perfecto y ya previsto en su conocimiento! Es de las ideas más repulsivas que he visto intentar interpretar de la Biblia…)

Así, Adán fue sumido en sueño, y se tomó de él una costilla. Es uno de los muchos huesos del cuerpo, uno del que poseemos varias "copias". Pero a esos efectos, el Señor bien hubiera podido quitarle a Adán una muela. O un mechón de cabellos. Seguro que no está más allá del poder de Dios dar forma a la varona a partir del apéndice de Adán. Pero escogió Jehová una costilla, uno de los huesos que protegen pulmones y corazón. Yo pienso que es porque era importante que la mujer diera aliento y coraje al hombre. Cuando más adelante cayeron, imagino a Adán desolado, apartado de la presencia constante de Dios, hundido. ¿Se ahogaba, con el primer ataque de ansiedad jamás conocido? ¿Su corazón trataba de retorcerse, de culpar a Eva de traerle el fruto en vez de aceptar su propia culpa, de detenerse en un infarto homicida?

Sin duda, llorando con él, Eva le abrazó y le dió fuerzas, hasta que respiró de nuevo plácidamente, hasta que sus latidos volvieron a su ritmo normal. La mujer fue su ayuda idónea, su aliada, su fuerza. Ella le dió consuelo cuando aprendía con él a sobrevivir en el mundo que conocemos. Le dió hijos, en los que Adán reconoció la bendición de Dios. Le enseñó a perdonarse a sí mismo en vez de a culparla a ella, igual que ella tuvo que comprender su responsabilidad en vez de culpar a Adán de no haberla disuadido para que confesaran y se arrepintieran. Fijaos que el efecto del fruto no se dió hasta que ambos lo hubieron comido; esto nos demuestra algo importante. El papel del hombre en la pareja es protegerse a sí mismo, a su esposa y a su familia. Adán quizá hubiera podido negarse a comer del fruto e impedir la caída en desgracia de su familia, pero deshonró su papel y eso les costó la pérdida de la gracia.

La mujer es igual al hombre en valía, pero es diferente en aptitudes y capacidades. Una pareja idónea se complementa y fortalece mutuamente. No comprender esto ha traído infelicidad a muchas generaciones. La capacidad de la mujer de organizar, de comprensión abstracta, de adquirir la perspectiva completa del bosque (hechos estos demostrados científicamente), es perfecta para combinarse con la habilidad masculina de actuar, de comprender elementos concretos y de poder trabajar con un árbol tras otro. Las mujeres probablemente pueden aprender a cocinar mejor al poder coordinar la preparación y cocción de unos y otros ingredientes. Dicho esto, también serán sin duda mejores tácticas y estrategas militares que los hombres, por los mismos motivos.

Detrás de los grandes hombres, cubriendo sus necesidades, poniéndose detrás voluntariamente porque es la forma de empujarle hacia adelante y hacia arriba a la vez, hay grandes mujeres. No es coincidencia; es el camino ideado por Dios nuestro Señor.

It must have been cold there in my shadow,
to never have sunlight in your face.
You were content to let me shine,
you always walked a step behind.

I was the one with all the glory,
while you were the one with all the strenght.
Only a face without a name,
I never once heard you complain.

Did you ever know that you're my hero,
and everything I would like to be?

I can fly higher than an eagle,
cause you are the wind beneath my wings.

(Debe haber hecho frío allí a mi sombra,
sin tener nunca la luz del sol en tu rostro.
Estabas contenta de dejarme brillar,
siempre caminaste un paso atrás.

Yo era el que tenía toda la gloria,
mientras tú eras la que tenía toda la fuerza.
Sólo una cara sin nombre,
y ni una vez te oí protestar.

Alguna vez supiste que eras mi héroe (o heroína),
y todo lo que quisiera ser?
Puedo volar más alto que un águila
porque tú eres el viento bajo mis alas.)

2 comentarios:

Fiorella dijo...

Yo?? yo??, sí, yo??
^^
Esya noche tengo algo de tristeza y confusión, pero tus reflexiones me dan aliento, ojalá estuvieras aquí conmigo. Y ojalá dejara de encontrarme con esas absurdas feministas que dicen que, dado que son "iguales al hombre" deben renunciar a todo rol femenino, y negarse a ser una ayuda para nadie.
Me encanta cómo lo has planteado, Tony.

Anónimo dijo...

Que hermoso! Jamás había pensado en esto como lo he leído aquí.